En el ejemplo (1) encontramos la primera posibilidad: sé tú, o, para decirlo en términos técnicos, la segunda persona singular del imperativo en su forma de confianza.
El ejemplo (2), por su parte, reproduce un famoso aforismo socrático que incluye la primera persona singular del presente de indicativo de saber (yo sé). Los dos ejemplos contienen por partida doble su forma verbal correspondiente, de modo que deberían ser, como mínimo, el doble de efectivos.
(1) ¡Sé generosa, sé valiente!
(2) Solo sé que no sé nada.
(1) ¡Sé generosa, sé valiente!
(2) Solo sé que no sé nada.
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